
Fotograma de 'Mi lucha'. Foto: Promofest.
El cine y la Facultad de Comunicación unieron a Aitor Aspe, José María de la Puente y Katixa de Silva hace más de ocho años. Un tiempo después, y ya finalizados sus estudios en fcom, decidieron anexionar sus conocimientos audiovisuales con el fin de elaborar un proyecto conjunto en forma de cortometraje. De esta forma surgía Mi lucha, un corto que, habiendo sido preseleccionado para los Goya y los Oscar y con diecisiete premios a sus espaldas, aterrizaba en la XIII edición del Festival de Cine de Pamplona para recibir el galardón al Mejor Cortometraje Navarro.
Al igual que en la ficción, en la realidad toda historia atesora un punto de partida. Pues bien, tras concluir sus estudios en la Facultad, el destino quiso ver de nuevo unidos a los tres antiguos alumnos en una cadena de televisión. De este modo, Mi lucha se forjó en los descansos que poseían los jóvenes entre grabación y grabación y gracias a una idea de uno de los hermanos de José María de la Puente.
No obstante, los antiguos alumnos comenzaron su andadura en el mundo del cine por distintos senderos. Aitor Aspe, con tan solo quince años y cámara en mano, empezó realizando grabaciones caseras a sus amigos: “En verano grababa y aprovechaba el invierno para editar”. Por su lado, Katixa de Silva estuvo desde siempre en relación con el cine, pues sus padres trabajaban en el mundo de la animación. “Empecé a ver más y más películas y lo que me hacían sentir y experimentar me hizo darme cuenta de que yo también quería contar historias y transmitir emociones a las personas”, confiesa la productora.
Aspe, de la Puente y de Silva guardan muy buen recuerdo de sus años en la Facultad, en la que se formaron tanto en el ámbito personal como profesional. También recuerdan con especial cariño a sus profesores, que les mostraron lo fundamental para desenvolverse en el cine y en la vida. “A muchos de ellos les debo gran parte de lo que soy”, asegura De Silva.
Aitor Aspe manifiesta que quiso volcar en Mi lucha gran parte de los conocimientos prácticos y éticos adquiridos durante el transcurso de sus años en fcom. En definitiva, una serie de valores morales que traspasaron los gruesos muros de la Facultad para dar forma al corto. De este modo, los jóvenes reflejaron en esta película el papel del legendario héroe clásico que se sacrifica por un bien mayor, a pesar de que nunca le vaya a ser reconocido.
De la Puente, Aspe y de Silva aseguran que la preselección para los Oscar y los Goya fue una sorpresa. Aspe confiesa que tener éxito o no con un corto es una cuestión de azar, nunca se sabe: “Me quedo con la sensación de que cada vez que veo el corto es una satisfacción personal”. No obstante, confiesa ser realista y ver muy lejanos los galardones. Por ello, a la hora de elegir, no se decanta por ninguno de los dos, ambos le harían mucha ilusión, pues podrían ayudarle en proyectos futuros.